¿Alguna vez adoptas un punto de vista diferente al de tus colegas al analizar una situación?
La respuesta es sin duda sí, pero la pregunta es: ¿cómo expresarlo?
Por su propia naturaleza, la crítica no es ni negativa ni positiva. Añadiría que cuando sirve al bien común, al interés colectivo y a la innovación y creatividad de los compañeros, la crítica es constructiva e incluso productiva. Por lo tanto, el objetivo no es evitar la crítica para prevenir conflictos internos, sino cultivar un clima de confianza para obtener beneficios en una relación mutuamente beneficiosa.
El malestar, el estrés y la desmotivación en el trabajo suelen estar relacionados con problemas de comunicación. Los estudios de la profesora Shelly Gable demuestran que la elección de palabras y la forma de expresarlas influyen directamente en el rendimiento colectivo. Probablemente te preguntes cómo hacer una crítica constructiva sin ofender a tu interlocutor ni ponerlo a la defensiva.
Permítanme presentar algunos puntos para su consideración.
- Las críticas deben basarse en hechos objetivos y no atacar directamente a la persona o el proyecto al que se dirigen. Antes de empezar, identifica y aclara la necesidad no satisfecha (¿por qué discrepo?). Es preferible usar los pronombres «yo» o «nosotros» en lugar de «tú» o «ustedes» (plural), ya que estos últimos tienen una connotación más acusatoria.
- Aprende a hacer preguntas. Formula preguntas abiertas para que la otra persona pueda defender y fundamentar su punto de vista. Estas preguntas no solo fomentan la reflexión, sino que también demuestran tu interés y consideración. Muestra empatía y amabilidad para promover la reciprocidad.
- Valora los fracasos por lo que son: oportunidades para aprender y recuperarse. Anima a tus empleados a salir de su zona de confort, a ayudarse mutuamente, a probar cosas nuevas; en otras palabras, a cultivar una mentalidad de crecimiento.
- Asegúrate de mantener un buen nivel de positividad en tu equipo. Uno de los tres criterios para medir este nivel es la proporción entre comentarios negativos y positivos. Según estudios, el umbral de rendimiento óptimo es de 1/6.
Centrarse en lo negativo consume energía.
Como probablemente ya habrás deducido, todo se reduce al equilibrio. Para que la crítica sea constructiva, debe manejar hábilmente las diferentes necesidades interpersonales, fomentando la creatividad al abrir el diálogo.
Participa en debates mientras fomentas la cohesión del equipo y un sentido de propósito. Cultiva una actitud positiva y optimista y compártela: ¡es contagiosa!



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